lunes, 17 de noviembre de 2008

Los metrosexuales

Un metro de qué?

Metrosexual es un nuevo término que no tiene nada que ver con el tamaño del pene. El término viene de ‘metro’ que se refiere a que son hombres que se concentran en las áreas metropolitanas, y 'sexuales' porque viven su lado femenino sin temores.

Se trata de una clase de hombres de este nuevo siglo que está rompiendo esquemas: conocen de moda y cosméticos, adoran ir de compras, cuidan su imagen corporal, peso, cutis y piel, se tiñen el pelo, se hacen manicure, y se depilan las cejas, como lo hacemos las mujeres.



Aunque frecuentemente son considerados gays, no se trata de homosexuales, pues este modo de vida no es sólo por narcisismo, sino que su finalidad es seducir a las mujeres, y no les cuesta mucho lograrlo.

Son hombres heterosexuales que exploran su feminidad sin miedo a perder su masculinidad, y sin ser afeminados. Pueden aconsejar a su mujer en cuanto a moda, pero también tienen sexo con ella.

Desplazando a los machos desaliñados
La imagen de los metrosexuales es impecable y sofisticada, visten a la última moda, usan sólo ropa de marca y les entalla perfecto, además ellos mismos la eligen y la saben combinar, y distinguen perfectamente una prenda de buena de calidad.

Están entre los 25 y 40 años de edad, son guapos, elegantes y cuidadosos. Conocen de productos de cuidado personal y hacen yoga. Adoran cocinar y le ponen mucha atención a la comida. Son tiernos y apasionados, se permiten llorar cuando es necesario y no les importa que se sepa.



El símbolo representativo de los hombres metrosexuales es el futbolista británico David Beckham, un hombre casado y con dos hijos, que usa arracadas de diamantes y peinados tradicionalmente femeninos, se pinta las uñas, posa para cuanta revista lo quiera retratar, e incluso combina su vestimenta con la de su esposa.

Víctimas de la publicidad
Los hombres metrosexuales se están abriendo paso entre las clases dirigentes urbanas, son influyentes y sobresalientes en el poder.

Son grandes consumidores que se ponen encima todo lo que ven, produciendo millones de pesos en ganancias para las empresas de cosméticos y ropa, a diferencia de los hombres masculinos, austeros y modestos que no compran mucho.